Hacia finales de 2019 en ANDA nos aprestamos para hacer grandes cosas en 2020, un ritual que, sin duda, se repite cada año en todas las empresas. Esta vez en particular, Invertimos una inusual cantidad de tiempo, atención y dinero en el desarrollo de un plan estratégico para 3 años y en estudios dirigidos a reinventar el CAMP y el Premio ANDA, siempre orientados aumentar el valor de nuestra asociación para nuestros asociados, nuestra industria y nuestros públicos, para empezar el 2020 entusiasmados con la ejecución de los grandes planes para el año. Estoy seguro de que muchos de nuestros lectores pueden relacionarse con esto, ¿verdad que sí?
¡Pues qué falta de respeto de este minúsculo COVID-19, echarnos a perder así nuestros cuidados y esforzadamente elaborados planes!
Hay un viejísimo refrán que dice “El hombre propone y Dios dispone”. En este dicho, la sabiduría popular reconoce que siempre puede haber fuerzas más allá de las nuestras que alterarán nuestros planes. En ese mismo sentido, el comandante militar prusiano Helmuth von Molke escribió en 1880 “Ningún plan de operaciones tiene valor más allá el primer encuentro con el enemigo”. Sea en la perspectiva popular o en la disciplinada mente militar, existe la plena conciencia de que nuestros planes pueden verse alterados por los acontecimientos. Pero, aun así, a ver, ¿quién tenía un plan B para el caso de una pandemia?
Más allá del fundamental dominio técnico de nuestra especialidad y de las habilidades blandas necesarias para interactuar eficazmente, ahora destacan la adaptabilidad y la competencia digital. Velemos porque nuestro desarrollo personal preste especial atención a estas dos cualidades.
Aún en medio de la tremenda alteración al curso normal de las cosas que nos ha traído la pandemia, hay aspectos beneficiosos que nos toca rescatar. De la misma manera en que las guerras, trágicas como son, invariablemente resultan en saltos tecnológicos, la pandemia ha impulsado la transformación digital reduciendo a meses lo que hubiera tomado años en circunstancias normales. También ha puesto a prueba y revelado las cualidades personales y profesionales que serán indispensables para triunfar en el futuro. Más allá del fundamental dominio técnico de nuestra especialidad y de las habilidades blandas necesarias para interactuar eficazmente, ahora destacan la adaptabilidad y la competencia digital. Velemos porque nuestro desarrollo personal preste especial atención a estas dos cualidades.
Me despido con una de mis frases favoritas, ya antes compartida desde esta página, pero que ahora tiene especial relevancia. De Edward Gibbon, “El viento y las olas están siempre a favor de los más hábiles marinos”. Nadie se hace héroe en tiempos y circunstancias calmas. Los líderes se forjan en la adversidad.
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